- Los giros, al igual que los saltos, presentan componentes lúdicos, de reto y de riesgo, por lo que resultan altamente motivantes para los niños.
- Los giros están muy ligados al equilibrio y al sentido propioceptivo o cinestésico. A través de este sentido, el cuerpo recibe diferente información sobre el movimiento, la postura, el grado de tensión que hay en los músculos… lo que contribuye, claramente, a que el niño conozca mejor su cuerpo y mejore su esquema corporal.
- La percepción espacial es otro de los aspectos que se ven potenciados al trabajar los giros. Al realizar un giro se produce un cambio de orientación, pasando de una posición inicial a otra final, lo que conlleva una exigencia inmediata de un nuevo ajuste de espacial.
- Los giros contribuyen a una maduración neuromuscular significativa, ya que exigen un control postural más intenso y consciente que otras habilidades mas habituales.