Hay tradiciones que no pasan de moda y que cada cierto tiempo vuelven a verse por las calles como si se tratara de algo novedoso y moderno. Esto mismo ocurre con el trompo o también conocido como peonza.
Todos los años podemos ver en en el recreo del colegio o en los parques infantiles a multitud de niños con una peonza en mano. Este juego infantil tan sencillo apenas a variado con el paso de los años, y sigue siendo uno de los pasatiempos favoritos de los niños.
El trompo, peón o peonza, es un objeto de madera, plástico o metal, con forma de pera que en su punta tiene colocado un rejo de hierro fijo o giratorio. Como complemento, la peonza va acompañada de una cuerda para enrollarla y hacer girar el trompo. Muchos niños suelen colocar un aro metálico en uno de los extremos de la cuerda para que se sujete con facilidad entre los dedos.
En primer lugar, antes de comenzar a jugar, es importante hacer 'bailar' el trompo. Para ello, hay que enrollar la cuerda por completo empezando desde el rejo de hierro. Una vez enrollada, se coloca el dedo pulgar en el rejo y los dedos índice y corazón en la parte superior del trompo. Es importante que la cuerda quede enganchada entre estos dos dedos para que al lanzarla no se escape. Una vez que se tenga el trompo listo, hay que lanzarlo contra el suelo y tirar de la cuerda hacia atrás rápidamente con un movimiento seco, de esta forma, el roce de la cuerda hará girar la peonza en el suelo.
Pero además de 'bailar' la peonza, también existen varios juegos para realizar como los malabares con el trompo o una 'guerra de peonzas'. La 'guerra de peonzas' consiste en dibujar un círculo en el suelo y lanzar varias peonzas sobre él. El trompo que más dure bailando dentro del círculo será el ganador. Si uno de los jugadores no consigue hacer 'bailar' su trompo, el resto podrá picarlo con su rejo.