Hemos escuchado en casa, en conversaciones o en la tele quizás lo importante que es practicar algún deporte desde la infancia. Pues bien, la escuela es el mejor lugar para empezar. Sus beneficios se extienden sobre la salud, el desarrollo físico y social.
Desde el propio deporte los niños aprenden reglas básicas, que en su vida adulta serán puestas en práctica cuando se ejerciten. Destacar en este sentido, que el hábito por los deportes crea niños más ordenados, disciplinados y seguros de sí mismos. También promueve el contacto con sus compañeros a través del trabajo en equipo, y por lo tanto las relaciones sociales se enriquecen. Siempre estamos diciendo los adultos que hay que buscar valores buenos en un niño, pues bien, cuando ellos realizan alguna actividad deportiva, los valores adquieren un significado: respeto, solidaridad, esfuerzo, compromiso.. entre otros muchos.
Por otro lado, el deporte hace a niños más saludables, los libra del sedentarismo y de cara a la adolescencia es más beneficioso porque el desarrollo físico es intenso.
Desde la clase Educación Física en el Colegio, se intenta promover y motivar para la realización de juegos y deportes, tanto dentro como fuera del contexto escolar. Acordémonos otras veces, que nos pasábamos horas y horas jugando en la calle, cualquier sitio valía, sólo hacía falta un buen grupo de amigos, un sitio por el que no pasaran coches, y muchas ganas de pasárselo bien, y si algo no funcionaba en el juego, se arreglaba con un “empezamos otra vez”. Pues es, ese espíritu el que hay que transmitirle a los hijos.
La intención de este artículo, no es otra, sino motivar a los niños para que realicen cualquier práctica deportiva, desde nuestro centro así lo hacemos y los motivamos para conseguirlo. Desde clase de Educación física, para incentivar su buena conducta en los juegos y deportes que se práctican, cada mes doy un diploma a un niño de cada curso, que en mi opinión lo ha realizado mejor en todos los ámbitos (ayuda a los compañeros, buen comportamiento, respetar las reglas, superarse a sí mismo…)
Un saludo
Felipe Merino Gutiérrez